Segundo día en Bangkok… ya casi éramos locales

Después de habernos perdido el día anterior y haber conseguido el GLORIOSO mapa hecho a mano por los chicos del hostel, el segundo día comenzó impecable.

Desayunamos e conseguimos que la señora que preparaba el desayuno nos hiciera la avena en el microondas luego de varias idas y vueltas de señas y encaramos a la estación de trenes para comprar el boleto para el día siguiente.

Para llegar a Hua Lamphong, teníamos que tomarnos el Sky Train y combinarlo con el Metro. Para que se den una idea con el nuevo mapa nos animamos a agarrar una atajo y todo . Para que se den una idea el Sky Train es un lujazo, sacas los tickets con una maquina, dependiendo de la distancia el precio, pero solo acepta monedas, así que hay gente en ventanilla que sólo trabajan para darte cambio (no te venden tickets). Una vez que sacas la tarjeta y la pasas por la maquina es IMPORTANTISIMO NO TIRARLA, porque después la necesitas para salir (de pura suerte no tire la mía!). El Sky Train tiene aire acondicionado y esta impecable. La gente se sienta a leer desde sus i-pads (casi como en el subte de Bs As). Además tiene algo “curioso”, que es que algunas estaciones no tienen andén de los dos lados, sino que comparten anden y tenes que escuchar que tren viene para asegurarte que te estas yendo para el lado correcto.

Después tocó hacer combinación con el Metro (subte). Fue fácil porque todo estaba súper señalizado y acá también tenias que sacar ticket según destino pero aceptaba billete así que no había ventanilla. Algo “loco” es que en vez de ticket te tiraba una ficha negra que tenias que pasar por una lectora para entrar y a la salida la depositabas en una hendija. Todo súper limpio y prolijo, muy lindo.

Finalmente llegamos a la estación solo para enterarnos que los pasajes se compran el mismo día y que como nuestro tren salía 5.55 am teníamos que estar 4.55 am y asegurarnos de no quedarnos sin boletos.. Great! .

Salimos de la estación y encaramos para el barrio chino que según nos habían dicho estaba bueno.. pasamos por un templo Wat Traimit donde es un templo chino con un gran buda de oro (son 5,5 toneladas de oro macizo, vale 110 millones de usd) y además es gratis así que estuvo doblemente bueno.

Nos metimos en el barrio chino pero o no fuimos al clásico o nos los vendieron mal porque era una porquería… no había nada para comprar, con el calor los olores de los puestitos lo hacían bastante nauseabundo y la zona cada vez se ponía más fiera. Intentamos buscar algún lugar decente para comer y nada, pero llegando al puerto encontramos un restaurant con buffet que tenia de todo chino y thai así que nos animamos y comimos ahí. Aprovechamos a probar todas las frutas raras que veíamos por la calle: Guava, Rose Apple y seguiremos probando y también el sushi que no era muy bueno. Todo siempre con picante!!

Gorditos y contentos nos tomamos el barco a Wat Anur (templo del atardecer) que esta abandonado y es MUYYYY lindo.

Volvimos del templo en barco más sky train al hostel para arreglarnos e ir a el Vértigo Sky Bar (hay dos y en el otro ya nos habían rechazado). Mi dressing code no se ajustaba mucho porque mis zapatillas dan pena, pero aun así nos dejaron subir. La vista INCREIBLE. Los tragos caros y medio pelos, pero evidentemente uno va por la vista (piso 59 de una torre).

Salimos de ahí dispuestos a ir a un resto MUY recomendado, nos tomamos un taxi y como estábamos medio colgados llegamos, pagamos y nos bajamos, solo para darnos cuenta que nos había llevado a otro resto con el que tenia arreglo (típica estafita tailandesa). Así que nos tuvimos que tomar otro taxi hasta el verdadero resto (y obvio q veníamos REE PARANOICOS) así que antes de bajarnos nos fijamos como 15 veces que fuera el lugar. En el resto comimos comida thai, bien, barato y era súper lindo y de paso probamos autentica comida thai… mango tree se llama y queda al toque del mercado nocturno.

Terminamos de comer y caminamos hasta el mercado donde te venden de todo! Lo curioso es que la zona es rara porque antes era la zona de “perversión” pero ahora tenes un cabaret, al lado un boliche, al lado un bar y al lado un resto familiar y en frente el mercado entonces mientras caminas te ofrecen carteras, ver el show de pelotitas de ping pong que las chicas tiran desde sus vaginas, algo para tomar, un lady/boy (travesti) te invita a un cabaret y sino te dan un menú para comer algo… es como una zona muy bizarra.

Para los que se preguntan no fuimos al show de pelotitas de pingo pong por más que fuese un clásico porque los lugares son antros y yo ni a palos entraba porque temía por salir sin algún órgano vital. Después de recorrer un poco dimos por terminado el largo día y retornamos al hotel.