Phnom Penh y un breve resumen histórico de Camboya
Salimos de Siem Reap a las 11 de la mañana en bus rumbo a Phnom Penh y luego de una parada obligada en una ciudad perdida llegamos a destino ya de noche. Veníamos por las afueras de la ciudad y mucho no nos venia gustando lo que veíamos. El bus nos dejo en una especie de terminal turística –para variar- y el chofer no tuvo mejor idea que abrir el compartimento de equipaje sin abrirnos la puerta del bus por lo cual varias personas se agruparon contra el bus para bajar los bolsos. Le pedí bajar al chofer y me dijo que no se podía a lo que le respondí en un no tan buen tono y levantando la voz que me abra la puerta y me deje ir por mi bolso. No se si habrá entendido lo que le dije pero el tono lo entendió así que abrió la puerta del bus y me dejo bajar.
Al bajar vi como se llevaban el bolso de Pau dentro de un local así que seguí al tipo. Cuando estoy entrando se me acerca un tipo a decirme que no podía pasar a lo cual le dije que estaba viendo mi bolso y el de Pau dentro de su local por lo cual iba a entrar a buscarlos. Me volvió a decir que no podía entrar y me freno con una mano en el pecho a lo cual respondí moviéndole su mano y a él del medio, agarre los bolsos y salí del local en búsqueda de Pau. No tengo idea por que llevaban los bolsos ahí pero estando el lugar repleto de gente casi seguro que el contenido de algún bolsillo perdíamos.
Nos alejamos un poco del tumulto y conseguimos un tuk tuk que nos llevase al hotel. No teníamos ni idea de donde estábamos nosotros y menos el hostel. Dimos una vuelta y llegamos al hostel. Ya mas de noche y conociendo mas la ciudad nos íbamos a enterar que estábamos a 6 cuadras del hostel cuando llegamos. Algo que aprendimos en el viaje es que cada vez que llegas a un destino nuevo tenes que pagar una especie de impuesto al turista hasta tanto entandes como se maneja el lugar y como desenvolverte en él.
Llegamos a las habitaciones y encontramos que no habían camas sino que los colchones los usan en el piso. Era también la primera vez en el viaje que teníamos mosquiteros para dormir.
Dejamos los bolsos y nos fuimos a cenar. Buscamos un resto recomendado por la Lonely Planet pero no lo encontramos así que cenamos comida Camboyana en un lugar que nos pareció limpio sobre la costanera, la zona donde se encuentran casi todos los bares y restaurantes de la ciudad.
Al día siguiente fuimos al mercado por la mañana. Se puede comprar de todo, desde comida preparada (el olor en el lugar se encarga de sacarte el apetito que tengas) hasta ingredientes de todo tipo, como las frutas raras que se ven en la foto o serpientes vivas. Frente al mercado hay comercios de tecnología donde venden celulares muy baratos pero no sabes si son usados, reparados o de donde vienen ya que las cajas no son las originales.
Del mercado nos fuimos a almorzar y luego de caminar unas cuadras donde encontramos un restaurant que servía comida latina y vinos argentinos llegamos al Royal Palace.
Una de las cosas que nos llamo la atención es que al entrar al lugar un cartel te recuerda que no podes entrar con armas de fuego o explosivos (menos mal que sacamos todo el C4 y las AK47 de nuestras mochilas antes de hacer esta visita!). Ver el punto 1 del cartel en la foto debajo:
Del palacio, lo que mas se destaca de la arquitectura es la Silver Pagoda, que tiene este nombre gracias a los 5000 mosaicos de plata que cubren el piso. Dentro del palacio casi no se pueden ver los mosaicos ya que tapan todo con alfombras para que no se desgasten con el paso de la gente.
Caminando por los jardines del palacio encontramos varios monos, de los cuales tenes que cuidarte si llevas una bolsa de plástico ya que pasan corriendo y te la manotean en búsqueda de comida. Es increíble como la presencia de turistas cambió sus hábitos. Una vez que se hacen de la bolsa es admirable con la paciencia que abren los paquetes de snacks y como los comen de a uno.
Al acercarte a los monos tenes que tener cuidado de que no estén comiendo ya que si interpretan que queres sacarles la bolsa te muestran los dientes y gritan como para atacarte. Otra cosa que vimos es que primero come el macho alfa y el resto come las sobras. Uno de los otros monos quiso acercarse a la comida cuando el macho alfa no había terminado y terminó teniendo que correr ya que el macho alfa lo perseguía para morderlo. Dejando de lado los momentos en los que se desesperan por la comida humana, son bichos que se cuidan mucho mutuamente y actúan como familia.
Salimos del palacio y caminamos por la costanera, esta vez de día. El paseo por la costanera en si es de lo mas lindo que tiene la ciudad y se nota que fu construido recientemente. Casi toda la vida turística de la ciudad pasa por este lugar, ya que frente a la costanera están todos los restaurantes y bares.
Ya a la noche, decidimos cenar en el mercado nocturno. Es un mercado donde hay varios puestos de comida y shows musicales. La onda es pasar por un puesto, comprar tu cena y después sentarte en el piso para cenar rodeado de gente que no conoces.
Algo que nos impresiono del lugar es la pobreza. Donde sea que vayas hay gente pidiendo, gente buscando en la basura que tiran los mercados o gente durmiendo en la calle. Leyendo mas sobre la historia de Camboya conocimos las causas de esta pobreza. El territorio de Camboya sufrió muchas guerras, divisiones territoriales y un golpe militar.
Este golpe militar fue dado por Pol Pot en abril de 1975, un dictador marxista que causo una de las mas grandes matanzas del siglo 20. Cuando subió al poder envió a toda la gente de las ciudades a trabajar como esclavos al campo y mataba a toda la gente que tenia algo de cultura o estudios. Su ejecito, el Khmer Rouge comenzó matando a sus enemigos políticos, luego ejecutando a médicos, ingenieros, etc. hasta terminar matando a toda persona que usaba anteojos ya que eran considerados un símbolo de cultura. Prohibió la música, la religión, las escuelas, la moneda y el arte. En sus 4 años de mandato mato a casi 2 millones de personas. Desde Phnom Penh se pueden visitar los campos de fusilamiento y los centros de tortura.
La peor parte de esto es que las Naciones Unidas sabían de esta situación y nadie hizo nada para salvar a la gente. El Khmer Rouge fue derrocado por los Vietnamitas en 1979 tras solo 12 días de lucha y Pol Pot escapó. Los camboyanos que sobrevivieron al régimen del Khmer Rouge tuvieron que enfrentar 2 años de hambruna donde murieron mas de 600.000 personas.
Recorriendo un poco mas el país se ve que se están haciendo obras y que de a poco parece que la cosa va mejorando pero que va a tardar años para poder mejorar la calidad de vida de los camboyanos.