Por las calles de Romeo y Julieta
Nuestra parada en Verona no era algo que teníamos planificado en el viaje sino que era una escala de 5hs en el tren que nos llevaba a Montebello por lo que decidimos recorrer (bueno, mas correr que recorrer) la ciudad.
El centro de la ciudad esta a unas 8 cuadras de la estación y es muy notorio el cambio de arquitectura entre esas cuadras y las que le siguen al entrar al centro, separadas por una muralla en algunas partes y en otras por arcos.
Una vez pasados los arcos hay una plaza con muchos restaurants y que ofrece un poco de calma a la cantidad de gente que generalmente se encuentra recorriendo las pequeñas calles del centro. Si a eso le sumamos que era fin de semana largo en Europa por tratarse del día del trabajo tenemos como resultado calles en las cuales era muy complicado caminar.
Después de almorzar en uno de los puestos de la calle que se veían muy tentadores (de mas esta aclarar que la comida en Italia es riquísima) emprendimos la caminata para la casa de Julieta, sin dudas el lugar mas visitado de la ciudad.
Al entrar a la casa de Julieta se pasa por un pasillo donde como recuerdo los turistas dejan pegados chicles. Qué tienen que ver los chicles con Romeo, Julieta o el amor no lo sabemos pero si vimos a varias parejas besarse y dejar pegado un chicle en la pared. Mi definición de romanticismo es bastante distinta a esta costumbre por lo cual no dejamos nada pegado de recuerdo.
Al entrar al patio esta el famoso balcón de Julieta y nuevamente un mar de gente buscando sacarse la foto con el balcón. Ahí si decidimos soportar la gente y tener nuestra foto con el famoso balcón pero desde abajo ya que para sacarse la foto en EL balcón había una larga fila de gente.
Al tener que esquivar tanta gente para poder volver a la estación se nos estaba haciendo tarde para alcanzar el tren por lo que tuvimos que volver casi al trotecito para la estación. Por suerte no repetimos la historia de China y alcanzamos el tren a tiempo.
