Durmiendo en el desierto
En nuestro segundo día en Egipto nos levantamos temprano para hacer una excursión hasta el desierto blanco junto con un grupo de viajeros del hostel donde estábamos parando. En el grupo encontramos mucha gente muy interesante, desde un Jamaiquino que llevaba meses viajando y hablaba un perfecto español, un norteamericano que trabajaba en la agencia encargada del desarrollo de Jordania y hablaba un perfecto árabe hasta llegar a George, un abogado ingles con un master en arte quien luego nos hospedaría en nuestra visita a Londres.
Partimos para el desierto en una combi en un viaje que duró más de 4 horas donde aguardamos a que el chofer haga un stop técnico en el medio del desierto.
Llegamos luego a un campamento beduino donde nos dieron a probar dátiles y dejamos la combi para seguir el viaje en unas 4×4. El detalle es que ninguna de las 4×4 tenía aire acondicionado y el viaje en el desierto a pleno sol del mediodía se hizo sentir bastante. A medida que el camino dejaba de ser de asfalto las vistas del desierto se hacían más espectaculares. Paramos en varios lugares para subir a formaciones rocosas y sacarnos fotos haciendo monerías.
A lo largo del camino vimos como el paisaje iba cambiando de color, pasando de ser arena con rocas negras hasta llegar al tan ansiado desierto blanco previo pasar por médanos enormes y tomarnos el tiempo para escalar un par de montañas que habían desde donde se podía ver el valle.
Seguimos viaje y como muestra de lo turbio de nuestro tour egipcio paramos en el medio de la nada sin una razón aparente mas que el cambiar las patentes de las camionetas por unas que tenían guardadas en el baúl… increíblemente turbio el tema!
Estaba por terminar el atardecer y teníamos que llegar al lugar donde se iba a armar el campamento. Desde ese lugar la vista del sol caer sobre el desierto debía ser espectacular.
El único detalle fue que nuestro conductor se encajó en la arena y perdimos unos 15 minutos en llegar al lugar por lo que vimos el atardecer pero desde otro lugar y llegamos al destino del campamento mas tarde que el resto de las otras camionetas. Mientras preparaban el campamento tocó el turno de mostrar las acrobacias que cada uno sabia hacer (por suerte Pau nos representó bien y no tuve que hacer ninguna yo).
Ya con el fuego listo descubrimos que los encargados de preparar la comida era los choferes de las camionetas y estando en el medio del desierto muchas opciones no teníamos, o comíamos lo que estos tipos preparaban o salteábamos la cena. Pau probo un poco de la comida pero como era muy picante termino cenando pan con queso que era para el desayuno del día siguiente y yo decidí comer lo que había, un pollo a la parrilla y acompañamientos “típicos” bastante picantes por así llamarlos. El resultado: luego de 2 días mi estomago estaba perfecto y Pau estuvo hecha pelota y con vómitos por la comida, ayudando a reforzar las estadísticas que indican que si vas a Egipto te traes de recuerdo una intoxicación. Como curiosidad, mientras cenábamos se acercaron un par de zorros del desierto en búsqueda de comida.
Antes de ir a dormir nos ofrecieron un show de música beduina. La música estaba muy buena y el estar en el medio del desierto bajo las estrellas le daba un toque bastante especial al momento. Luego pasamos de la música al baile lo cual convirtió todo en un show bastante bizarro de choferes moviendo la panza e intentos de sacar a bailar a una turista japonesa que se resistió hasta el punto de que la chica salió medio a las puteadas del circulo que habían formado los choferes bailando.
Al momento de dormir nos dieron unas bolsas de dormir y un aislante sobre el cual dormimos teniendo como techo las estrellas. La vista era increíble y el lugar también, el único detalle es que la temperatura en el desierto baja muchísimo y me morí de frio en varios momentos de la noche. Dejando de lado ese detalle, espectacular la experiencia!!!
Al día siguiente nos levantamos a las 6 de la mañana a ver el amanecer y luego de desayunar comenzamos el regreso a El Cairo, desde donde teníamos que tomarnos el vuelo a Amman por la noche.
Que buenas las fotos! Increibles los pasajes del desierto!!