La Plaza Roja
Al día siguiente salimos a recorrer la ciudad con destino a la Plaza Roja. De camino nos sorprendieron la gran cantidad de iconos y estatuas que sobrevivieron a la caída de la URSS y hoy se encuentran en una extraña convivencia entre la historia y carteles de Mc Donalds.
Llegamos finalmente al Kremlin, el centro del poder ruso y un lugar histórico por demás. Rusia es el país mas grande del mundo y la ciudad hace honor a tanto territorio ya que las dimensiones tanto de las cuadras como de los edificios públicos son enormes.
El oportunismo también llego a Rusia junto con los turistas y es posible sacarte una foto junto a Stalin frente al Kremlin, bajo la supervisión de Putin de fondo.
Otra forma de sacar ventaja del turismo es esperar a que los turistas arrojen monedas para su suerte dentro de un circulo y ni bien los turistas se van hay varios tipos recogiendo las monedas de denominación más grande y dejando las de menor valor para que mas turistas se sientan atraídos a tirarlas también.
Seguimos caminando por los alrededores del Kremlin hasta que cruzando una puerta nuevamente un cosquilleo se apoderó de nosotros, el estar caminando rumbo a ese lugar histórico y que veíamos en noticieros y películas ahora era una realidad, estábamos en la Plaza Roja frente a la Iglesia de San Basilio.
El lugar es imponente por donde se lo mire, tanto por la arquitectura como por la historia que se respira a cada paso. También se notan los cambios ya que ahora frente al Kremlin se encuentra uno de los shoppings mas caros de la ciudad emplazado en el edificio que antes ocupaba un ministerio.
Una de las cosas más impresionantes de ver es el cambio de guardias de quienes custodian la tumba de Lenin. Es increíble la sincronización en toda la marcha y lo milimétrico de los pasos que dan para ubicarse en una posición exacta.
Cruzando el rio se pueden observar los palacios del interior del Kremlin y todo el transito que pasa sobre las enormes avenidas de la ciudad.
Un dato curioso es que el transito es muchas veces caótico y se producen congestionamientos que pueden llegar a durar horas pero existe en las avenidas un carril especial que ningún particular puede usar. Ese carril está reservado para ambulancias y policía en caso de emergencia o para autos que poseen una sirena azul. Todos estos carriles conducen al Kremlin y se supone que los autos que llevan la sirena azul son autos oficiales (siempre de color negro) y se dirigen al Kremlin con lo cual tienen derecho a estar apurados y evitar los congestionamientos. Dije que se supone que son autos oficiales ya que es posible conseguir en el mercado negro sirenas azules y papeles que habilitan su uso por unos 20.000 euros. Sin dudas, todos somos iguales pero algunos son mas iguales que otros…
El otro lado del puente se puede ver la Catedral de Cristo el Salvador, la catedral protestante mas grande del mundo.
Un dato curioso de esta catedral que parece tener más de 100 años es que apenas va a cumplir 20 años el año próximo. Esto se debe a que la catedral original fue destruida con la llegada del comunismo ya que en lo único que se debía creer era en el gobierno y al caer la URSS se reconstruyó esta catedral respetando todos los detalles de la construcción anterior. Aun no se explican por qué se destruyó está catedral y por qué San Basilio (la de la Plaza Roja, icono de Moscú) se salvó de ser destruida.
Frente a esta catedral, del otro lado del río se encuentra un monumento con una carabela que posee, como casi todo por estos pagos, una extraña historia. Cuentan que el gobierno ruso encargó realizar un monumento a Colón y regalárselo al gobierno español. Desde España decidieron no aceptar el presente por lo que el monumento volvió a Moscú. ¿Qué hacer en Moscú con un monumento a Colón? Simple, le cortaron la cabeza y la remplazaron la de Pedro el Grande, que no navegó en carabelas pero bueno, por lo menos era mas conocido que Colón en Rusia.