Comenzamos el dia bien temprano yendo al Parque Termal Waoitapu ya que a las 10 AM entra en ebullicion el Lady Knox Geizer.

El geizer es tan “puntual” ya que le echan una especie de jabon en polvo para diluir una capa aceitosa que separa una gran cantidad de agua hirviendo de una napa de agua fria subterranea. Al entrar en contacto ambas capas es que se produce la ebullicion, que dura unos 10 minutos y alcanza unos 15 metros de alto.

Si no le echaran el jabon, el geizer entraria naturalmente en ebullicion en un rango entre 2 y 36 horas.

Despues seguimos recorriendo el parque termal que es enorme y esta repleto de cosas para ver. Hay piletones de aguas de distintos colores y vapores sulfurosos que le dan un olor a huevo podrido a toda la zona y a las ciudades de alrededor.

Waiotapu

En todo el recorrido se van alternando piletones negros, amarillos, rojos, verdes y azules, con carteles grandes de prohibido tocar ya que muchos superan los 100 grados de temperatura.

PiletonesWai-o-Tapu

El camino terminaba en un bosque donde, si prestan atencion, se pueden encontrar ciertos especimenes ocultos…

Criaturas en el bosqueLuego de hacer un picnic en la zona partimos para las Huka Falls y el Waikato river. Un rio con una corriente muy fuerte (de donde sale el 10% de la energia de todo el pais) y varios saltos donde te llevan con lanchas de alta velocidad. Preguntamos cuanto salia el paseito de 30 minutos en lancha de alta velocidad y casi morimos de un paro cardiaco cuando nos dijeron que salia U$S205 pero que nos podian hacer precio por ser argentinos y gracias a explicarles nuestro devaluado tipo de cambio. Decidieron dejarnoslo a U$S 195. Pese a la atencion en el precio decidimos dejar pasar la “oferta” y ver el rio desde la orilla pero con el bolsillo sano.

Rio

Huka Falls De ahi nos fuimos a pasar la noche a Taupo, una ciudad frente al lago, donde tambien cerraba todo a las 6 de la tarde, salvo un lugar de venta de articulos para el hogar donde por suerte pudimos comprar un termo ya que el que habiamos traido fallecio gracias a los golpes que le dieron los acomodadores de equipaje de LAN.


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Ya en el hostel, tomamos unas cervezas locales intentando charlar con unos kiwis que se dedicaban a jugar al rugby y a reparar caminos. Digo intentamos poque el ruido en el lugar era insoportable gracias a un “cantante” de rock que tenia tantas habilidades para cantar como yo para el origami.

Finalmente, terminamos la noche cocinando un risotto picante en la cocina del hostel donde teniamos todo para cocinar menos el aceite (el cual fue donado involuntariamente por el hostel). Cocinando el risotto aprendimos que las imagenes de los paquetes muestran un risotto de carne y vegetales pero el paquete dentro no trae mas que arroz con un condimento picante digno de un mexicano.