España – Madrid

Madrid

Madrid fue una ciudad en la cual estuvimos tres días y fue más que suficiente para recorrela.

La primer mañana me tocó recorrerla sola porque Gaby tuvo que ir a la embajada a sacar un pasaporte de emergencia ya que se había quedado sin hojas para sellar.

La ciudad no es muy grande y caminando un par de horas pude ver varias iglesias muy lindas e ir a la catedral. Además pasé por la famosa plaza España y saque la típica foto.

Fui también al palacio de gobierno y a los jardines de Sabatini que eran muy pintorescos. Lo que más me gustó de Madrid fue la vista de la ciudad en sí. No hay edificios muy altos pero son muy estéticos. Los nombres de las calles están en carteles de ceramica pintados que quedan super lindos pero claro que no son de los más prácticos ya que son medio chicos, así que cuando estas perdido y no encontras el nombre de la bendita calle no los queres tanto. Los bares son geniales, al mejor estilo bar porteño en los 70, con la barra y las lámparas viejas, los señoresde siempre y el cantinero amigo.

Ahí muchos artistas callejeros entre los cuales un bandoneonista que tocaba la canción del padrino se ganó mi admiración y también una chica que cantaba ópera con una voz que no se creía que saliera de un cuerpo tan chiquito.

Caminando me dediqué a perderme por las calles y fue la mejor manera de verlo todo, porque cuando uno está perdido presta más atención a todo. Llegué finalmente a la Puerta del Sol, la cual no es la gran cosa pero es el km 0 de España. Como ya era hora de reencontrarme con Gaby volví al hostel.

A la tarde aprovechamos para visitar el museo Reina Sofía donde pudimos ver todas esas obras que siempre vimos en los libros de arte, algunos de los artistas conocidos fueron: Miró, Picasso y Dalí. Lo más impresionante por LEJOS fue ver el Guernica, una sensación inexplicable aún para alguien como yo que de arte entiende poco y nada. Lo mejor del Reina Sofía es que 4 días por semana a la tarde es gratis, por lo que pudimos disfrutarlo sin gastar J

Al día siguiente nos fuimos a ver el Templo de Debod, que es un templo que trajeron de Egipto piedra por piedra, y en el camino nos vimos obligados a probar el jamón crudo de bellota. Esta jamón sale como 10 euros los 100gr pero tiene la particularidad de que el cerdo come toda su vida bellotas y por eso es mucho más sabroso que el jamón crudo normal.. algo gracioso fue que le preguntamos al vendedor cual era la menor cantidad de jamón que nos podía vender en pos de no gastar tanto y creo que le dimos pena porque corto 3 pedacitos y nos los regaló… tenemos la teoría de que si nos quedábamos un rato más el señor nos invitaba a pasar y nos daba de comer 😛

Un problema de nuestros primeros días en Madrid fue el clima. Nos tocó mucho frío y hasta bastante lluvia, pero eso no impidió que nos fuéramos de tapas a la zona de la cava baja (sería un recoleta de buenos aires) a un bar local a ver el partido del Real vs un equipo griego. Terminó predeciblemente 5-1 y la experiencia estuvo muy divertida.

Por suerte nuestro último día en Madrid fue más soleado. Si bien estábamos un poco rotos por haber viajado toda la noche en un micro MUY incomodó desde Barcelona y luego de haber dormido un par de horas en el piso del aeropuerto nos despabilamos y nos fuimos a recorrer la Puerta de Alcalá y el Parque del Buen Retiro. Este parque es ENORME y con el día de sol que había fue ideal para tirarnos en el pasto y seguir recuperando horas de sueño al son de un guitarrista que interpretaba los Beatles.

A la tarde aprovechamos para arreglar nuestro look en un peluquería barata de la zona y finalmente entramos al famoso Museo del Prado (también gratis) y vimos algunas obras de: Rembrandt, Francisco de Goya y varios más. A las ocho de la noche nos invitaron a retirarnos y nos pusimos en marcha al aeropuerto rumbo a Moscú, Rusia.